Tema De Rosario, Rosarinos (acordes)
Autor: Anónimo | 35199 visualizaciones













TEMA DE ROSARIO – Lalo de los Santos
La Sol#dim7 Do#7 Fa#m7
Rosario es el Parque Independencia
Mim7 La7 Re7+
un silencio que huele a poesía en el Rosedal
Re Mi/Re Do#m7
es el gris del cemento que arrulla un río somnoliento
Sim7 Sib7+ Sim7
que despierta al llegar un domingo de Ñuls y Central.
Rosario es de mercurio en la avenida
es un viento a peina palmeras en el Boulevard
y en el centro es la mesa de un bar que añora el poeta
cuya vuelo se estrella a menudo en un cielo industrial.
Mim7 La7 Re7+
Rosario es mi infancia y mis amigos
Rem7 Solinv Do7+
mis viejos cantando a dúo alguna canción
Do#dis Do7 Fa7+
mi primer cigarrillo intentando sentirme más hombre
Sim7 Si7 Re/Mi Mi7
para ver si lograba impactar a mi primer amor.
Rosario es el colegio y las rabonas
una cita en aquel Sol de Mayo en función matinee
es el ciego Manuel delirando en un mundo de plástico
con la magia que sus ballenitas suelen poseer.
Rosario es un tango en cada esquina
un farol mortecino en la entrada de algún varieté
con alguna mujer que en las noches vende su vergüenza
porque todos por nada o por todo matamos su fe.
Rosario es el anochecer de un barrio
un mendigo que cuenta estrellas desde algún umbral
el compás de un tambor que siempre sonará en mi alma
donde el Topo Carbone jamás dejará de golpear
Rosario es el afán de unos señores
que eliminan cualquier insolencia que la haga crecer
la moral que te pone tus vendas en ronda nocturna
quizás porque la luz de la luna puede enceguecer.
Rosario es el arte y su condena
cuando sabe que la indiferencia lo va a perseguir
y como tantas mis manos se hartaron de golpear las puertas
y por no derribarme con ellas me tuve que ir.
Rosario es ese invierno en que partimos,
mi mujer, nuestros miedos, la vida, la música y yo
y un dolor que crecía a medida que el tren se alejaba
y unos ojos de almendra tratando de darme valor.
Pero algo mío se quedó en sus calles
hay un duende que en las madrugadas canta con mi voz
y cruzando Echesortu aquel sueño de mi adolescencia
que atrapó la leyenda de Pablo el Enterrador.
La pucha que es difícil la nostalgia
pero es bueno si puede ayudarte a intentar ser feliz
y es tanta la gente y las cosas que uno siente que ama
que no existe tiempo ni distancias para estar aquí.
Y así fue, que la paciencia de Floresta
me enseñó a ver a través del corazón
y me dio un balcón para inventarme un cielo
y ahí estás Rosario, sos el sol Rosario,
porque aún pudiendo abrazarte te siento igual.
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